lunes, 7 de diciembre de 2015

AMISTAD

AMISTAD, que bonita palabra y que complicado encontrarla.




Conozco a gente que clasifica la amistad en amigo, amiguete, amigote, compadre, colega, brother, etc. Para mi es mucho más fácil, yo tengo amigos y …. Luego conozco a mucha gente. Gente de todo tipo, nivel, sexo, edad, …

Conozco a mucha gente y tengo algún que otro amigo.





Cuando he preguntado: ¿Qué es para ti un amigo? La mayoría me dice que un amigo es aquel que cuando tienes un problema y lo llamas siempre está ahí. Para mi es a la inversa. El verdadero amigo es aquel que cuando tiene un problema y necesita a alguien con quien hablar, coge el teléfono y me llama a mi. Cuando alguien al tener un problema se acuerda de ti para contártelo y desahogarse es porque realmente eres su amigo, confía en ti y no piensa en cualquier otro, te llama, te cuenta, se desahoga.

Aquel que siempre encuentra un hueco para verte, para tomar un café. Que aunque le digas que no puedes, te llama al siguiente día. Aquel que cuando tiene algo importante que decirte, no te manda un mensaje, no te lo dice por teléfono, queda contigo para decírtelo mirándote a los ojos, porque le interesa saber qué opinas tú. Aquel que, después de llevar días sin hablar contigo, continúas con la conversación donde la dejaste. Aquel que te entiende con solo mirarte, que una frase es suficiente para saber tu estado de ánimo. Aquel que sabe cuando estás hablando en serio o en broma.

Un amigo es aquel que cuando te pregunta ¿Cómo estás? y le contestas que estás bien, te dice ¿Cuándo quedamos?


Tu amigo está cuando tienes ganas de reir, de llorar o de estar callado. Ahí estarás riendo, llorando o en silencio.


viernes, 23 de octubre de 2015

DE VUELTA

Como diría El Barrio, He vuelto. Tras un último mes en el que he estado más ocupado que de costumbre he pensado que ha llegado el momento de volver a pasar por el blog.

Incluso me habían avisado “que no me perdiera”, que aunque dedicara tiempo a la campaña, que por fin terminó, no me olvidara de pasar por aquí.

Como verás, no me he perdido, he sabido encontrar el camino.

En una campaña en la que sólo hay dos candidatos y con un programa tan opuesto, se corre el riesgo de lo que al final parece que nos vimos abocados a caer. En un constante sistema binario. Blanco o negro, unos o ceros, conmigo o contra mí.

Después de una ardua tarea en los dos últimos meses llega el final del trabajo, la calma tras la tormenta, el descanso del guerrero. Volver a mi rutina, a recuperar sensaciones, a volver a ponerme delante de la página en blanco y contar algo y esperar que guste al que lo esté leyendo. Pasar página, descansar cuerpo y alma para emprender un nuevo proyecto, una nueva idea, una nueva ilusión.

En el camino siempre dejamos atrás algo de nosotros, ¿o somos nosotros los que quedamos atrás? Quizás no podamos volver a recoger aquellos restos de nuestro ser que cayeron en el fulgor de la batalla. Curemos nuestras heridas, pongamos ungüento en las cicatrices y volvamos a creer. Creer en nosotros mismos, en lo que soñamos, en lo que peleamos, en aquellos que lucharon junto a nosotros y recordemos a quien en algún u otro momento han estado ahí. Uno puede ir en una u otra dirección, pero al acabar el camino, cuando tranquilicemos nuestra alma debemos saber escuchar a nuestro corazón, debemos recordar quienes fuimos, quienes estuvieron, el camino que recorrimos. Y allí donde el paso se acorta y encontramos un pequeño descanso donde pensar y recapacitar sepamos diferenciar entre lo que buscamos y lo que encontramos.


Y aquellos que quedaron en la salida y tomaron un sendero distinto al tuyo debes entender que al final de éste, puedes volver a encontrarlos y junto a ellos seguir sumando juntos. Tener ideas distintas y buscar un objetivo diferente no te hace de repente un desconocido. Si algo tuviste en común, si algo te unía antes de comenzar el juego no puedes olvidarlo por no haber usado el mismo camino.

viernes, 18 de septiembre de 2015

LA INDIVIDUALIDAD FRENTE AL CONJUNTO

Hay un proverbio chino que dice: Si caminas solo iras más rápido, si caminas acompañado llegarás más lejos. Me gustan este tipo de proverbios orientales. Dicen, de manera resumida y concreta lo que realmente pensamos de muchos aspectos de la vida.

La soledad bien entendida y elegida es buena, todos deberíamos manejarla en muchos momentos. Cuando uno se queda sólo consigo mismo no tiene a quién engañar, no tiene que poner ninguna pose, no tiene que ser otra persona, la que los demás quieran que seas. Uno se queda con sus pensamientos, puede poner en orden sus ideas, sus proyectos, sus miedos…

Para los que escriben, componen, pintan, inventan, crean… la soledad es necesaria, imprescindible.

La soledad es buena y necesaria cuando uno es quién la busca. La peor soledad es verse rodeado de gente y sentirse solo. Esa sí que es crítica.

Para lo demás, siempre, siempre, es mejor ir acompañado. No vinimos a este mundo para no tener relaciones con los que nos rodean. Necesitamos a la familia, amigos, pareja, necesitamos interactuar con el medio y con las personas de nuestro alrededor. Juntos llegamos más lejos. En la vida, en nuestro esfuerzo, en nuestro caminar.

Hay muchos vídeos en la red donde una orquesta comienza una pieza con un solo músico interpretándola acabando toda la orquesta tocando. Desde un débil instrumento hasta el apoteósico final de la orquesta. De la individualidad al conjunto.

Siempre hemos oído aquello de: entre todos podemos lograrlo.


No sé si mis inicios deportivos en el baloncesto, fueron los que me enseñaron el trabajar en equipo, en el que la individualidad se pone al servicio del conjunto. En el que, si tienes un apoyo, llegarás más lejos. Será por lo que me gusta caminar juntos, aunque no pienso delimitar mis momentos de soledad.


lunes, 7 de septiembre de 2015

COMPARTIR

Si atendemos a fórmulas matemáticas, cuando hablamos de compartir, hablamos de restar. En cualquier operación al compartir, repartes, y por lo tanto, te quedas con menos.

Si olvidamos por un momento los números, nos encontramos con algo muy distinto. En la vida real, compartir siempre es sumar.

Comparte una buena conversación con un amig@, comparte amor con tu pareja e hijos, comparte una sonrisa, un abrazo, un beso, una mirada. Y no habrás restado nada, al contario, al compartir recibirás mucho.

Cuando compartes, multiplicas. No hay duda.


Y no sólo hablo de compartir el amor, la pasión o la amistad. También hablo de que si alguien tiene un don especial, una habilidad, ¿Por qué guardarla en un cajón? ¿Por qué guardarla para si mismo?

¿Escribes, realizas fotografías, pintas? ¿Por qué no mostrarlas? Da igual que sea en una exposición, un concurso, a través de un blog o a un amig@ para que lo lea o vea.

No temas a un rechazo, a no estar acorde con las expectativas, a creer que no eres especial. Eso es un error. Todos somos especiales, en una u otra medida. No lo dejes en un cajón. Muéstrate. Y si tu introvertida personalidad no te deja mucho margen, fírmalo con un seudónimo, pero hazlo.

Comparte tu tiempo, vivimos una vida ajetreada, a mil por hora y creemos que no tenemos tiempo para nuestros hijos, para nuestra pareja, para nuestros amigos. Pero no es así. Siempre hay tiempo para ello.

Cuando salgas de trabajar, acorta los plazos, llega hoy un poco antes, dar de cenar a tus hijos antes de que cuando llegues estén acostados.

En esos momentos en el que te acuerdas de tu amig@, llámal@. Habla con él/ella durante unos minutos. 
Recuerda tu último encuentro y planifica el siguiente.

Queda con tu pareja, prepara una romántica cena, un buen vino y no dejes de mostrar tu sonrisa mientras l@ miras a los ojos.

Piensa que mañana quizás sea tarde. Comparte, ahora. Y multiplicarás tu felicidad  y de las personas que te rodean.


Ámate a ti mismo. Es el primer paso para poder compartir ese amor con todo aquel que te rodea.


Ah! Y si te ha gustado la entrada, pues comparte, no te lo quedes sólo para ti.

martes, 25 de agosto de 2015

UNA MENTE MARAVILLOSA

Película estrenada en el año 2001,  que trata sobre la vida del matemático John Forbes Nash.

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Pero no es en él en que el que quiero centrar esta entrada, sino en esos personajes imaginarios que les acompaña durante su vida. Su esquizofrenia les hace ver a un amigo y su pequeña hija (además de otros personajes).


Una amiga me llamó la atención durante una conversación sobre estos personajes, me dijo que metafóricamente son nuestros miedos, los que nos acompañan durante nuestra vida, los que nos salvan de dar un paso en falso, o en cambio, los que nos evitan disfrutar del momento. Los que no nos dejan mostrarnos tal y como somos, aventurarnos hacia aquello que está delante nuestro y que nos frenan de ello.

La cuestión es, hasta donde permitimos que estos miedos nos controlen, nos marquen el camino. Es nuestro cinturón de seguridad. Ellos nos salvan muy a menudo de desviar nuestra línea recta. No dejarnos llevar por nuestro afán de protagonismo, arrogancia o prepotencia. Nos ayudan a hacer lo que realmente debemos hacer.

Pero quién es el que conoce realmente lo que debemos hacer, ¿debemos hacerlo? Hay un pequeño paso entre hacer lo correcto o no tener el coraje de cambiar nuestro destino.

Siempre hay una decisión que tomar en un momento dado, un viaje a realizar, una declaración que hacer, un contrato que aceptar, una sonrisa que mostrar. En todas estas decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida, en todas ellas, están estos personajes. Los miedos.

¿Cómo controlar a estos personajes?, nuestro maravilloso Nash, nos lo muestra en la película. Cuando los aceptas, sabes que estarán ahí, pero sabes que realmente sólo existen dentro de tu mente es cuando consigues poner en tu balanza los miedos, el respeto, el sentido común, la razón y el corazón.


La batalla de todos ellos nos acompañará siempre, depende de nosotros el uso que demos de ellos, el caso que les hagamos y el resultado que nos de de dicha ecuación.

jueves, 16 de julio de 2015

KEDADA

Vaya por delante, que no soy de los que gustan mucho de las palabras que sustituyen las K por las Q, pero he de confesar que esta palabra casi que pega más así.

Hace unos días, tras algunas pequeñas conversaciones a través de facebook, quedé con una antigua compañera de EGB. No soy muy dado a esto de reuniones con antiguos compañeros, antiguos conocidos, antiguos… es más, hasta hace poco si me lo hubieran propuesto seguramente hubiera inventado alguna escusa lo suficientemente válida como para haberme ausentado a ella. Si me hubieran dicho que se había preparado una comida o algo parecido con antiguos compañeros, seguro que ese día me habría sido imposible ir.

Será la edad, pero es verdad que en este momento la cosa ha cambiado, no digo que haya buscado esto, ni siquiera he sido el impulsor, pero si que me he prestado a intentar que llegue a buen puerto esta KEDADA.

Creo recordar que no iba muy convencido aquel día, no sabía muy bien por qué, pero he de admitir que a los 10 segundos estaba muy cómodo. Era recordar unos años en los que uno se lo pasa muy bien, muchas anécdotas, algunas risas, en definitiva ponernos al día.

Supongo que cuando uno va cumpliendo años, debe pausar el ritmo. Estoy convencido de ello. Recordar los buenos momentos, recordar a los que a lo largo de la vida han compartido contigo las vivencias propias de la edad. Y los últimos años del colegio y lo siguientes son de los mejores. Pocas preocupaciones, nuevos descubrimientos, amistad en el amplio sentido de la palabra.

En estos tiempos que corren, en los que no nos preocupamos ni de cómo se llama el vecino, que no miramos a la cara a los que nos cruzamos por la calle, que no escuchamos lo que nos tienen que decir ese primo que hace tiempo que no ves, el camarero que te pone todos los días el café o ese abuelo que te cruzas todas las mañanas cuando vas al trabajo. Ahora que parece que todo vale, es cuando realmente (por lo menos yo) disfruto de esos pequeños detalles. Por eso ahora, al contrario que pudiera haber pensado hace poco, me apetece esa KEDADA.

No quiero decir, nunca he sido un iluso, que todos los que me vaya a encontrar, vayan a ser compañeros de viaje para siempre, ni mucho menos. Ni siquiera todos me caerán bien. Estoy seguro que no me acordaré de muchos. Pero recordaré unos años, unas anécdotas y mucho de lo que ocurrió hace tiempo y que probablemente haya olvidado.

Hace poco felicité a una amiga su cumpleaños. Me dijo que se alegraba y le contesté que soólo era un detalle, que no era para tanto. Me dijo: LOS PEQUEÑOS DETALLES SIEMPRE SON IMPORTANTES.


Pues eso.

sábado, 4 de julio de 2015

SER JUSTO

¿Se puede ser justo con todo el mundo? Alguien me preguntó una vez, viéndome preocupado, qué era lo que me ocurría. Le dije que creía que no estaba siendo justo con cierta gente y que probablemente tampoco lo estaba siendo conmigo mismo. 

Me contestó: "no te agobies, no puedes ser justo con todo el mundo al mismo tiempo. Si lo intentas, tienes la batalla perdida".

Me pregunto qué hacemos cuando estás siendo injusto, como evitas dañar a alguien sin dañar a otro. Cuando en esa posición en la que alguien saldrá dañado, ¿Cómo lo evitas? ¿De verdad que no se puede ser justo con todos?

Si en nuestro caminar vamos dañando a unos por ser justos con otros ¿Cómo elegir? ¿Como hacer para no dañar a nadie?

¿Tan dura se convierte la vida que vamos dejando heridos por el camino? Me niego a aceptarlo.

"Es cosa fácil ser bueno, lo difícil es ser justo" (VICTOR HUGO)

Pues eso.

jueves, 4 de junio de 2015

Family Man

Allá por el año 2000, fui a ver el estreno de Family Man. Había visto el trailer y estaba interesado en ver si las expectativas que me había creado eran las correctas.



Cuando salí del cine, mis acompañantes comentaban que la película había sido sosa, aburrida, que era una actualización del cuento de navidad. Algo entretenida, pero nada más.

A mi en cambio me pareció una buena lección, que años después me sigo aplicando.

¿Donde ponemos la línea roja a la dedicación al trabajo y/o a otras dedicaciones y como conjugarlas con la vida familiar?

Es evidente que el trabajo, aquel que por suerte tenga uno, te absorbe muchas horas del día. Pero yo siempre he tenido claro que hay que desconectar, llegar a casa y disfrutar de tu familia, o salir con los amigos a tomar un café o una cerveza, o pasear o salir a hacer deporte. 

A veces recibes propuestas aparte del trabajo, yo he recibido varias y en repetidas ocasiones, reincidentes, algunas muy ilusionantes. Pero, ¿cuánto tiempo me quedará para mi, para mi familia, para mis amigos, para mis aficiones?

Uno tiene que elegir entre sacrificar todo esto para estar más arriba, o disfrutar mientras puedes de todo lo que tienes alrededor.

Cuando pasan los años, tus hijos ya no volverán a tener 5, 10 o 15 años. Habrán crecido y tu te habrás perdido ese crecimiento si no estás. Tus amigos quizás ya no estén, o se habrán desplazado a otras ciudades. Es posible que ya no tengas la misma ilusión por aquel paseo, o aquel deporte que tanto te había entusiasmado hace años.

Tenemos que tener muy claro donde poner esa línea. Por lo menos saber cuándo ponerla. Seguramente, si es que de verdad lo mereces, esas oportunidades llegarán en unos años, quizás entonces, sea el momento oportuno. Si no llega, habrás disfrutado con todo lo demás.

Cuando salí del cine y me dijeron que no entendían que había visto en esta película para que me hubiera gustado tanto recordé aquello que decía John Lennon, cuando de pequeño le preguntaron en la escuela qué quería ser de mayor. El dijo que quería ser feliz. La maestra le dijo que no había entendido la pregunta. John le respondió: Usted no entiende la vida.

martes, 26 de mayo de 2015

CORDOBA. MAYO

Pasó. Terminó. Un año más acaba mayo y con él terminará la Feria, última de las fiestas que se van sucediendo a lo largo de mes.

Una vez escuché y me gusta repetirlo, sobre todo a los de fuera, que Córdoba es la única ciudad del mundo en el que el mes de Mayo dura 40 días.

Desde que comienza la Cata del Vino a últimos de abril hasta que acaba la Feria a últimos de Mayo (algunos años llega a los primeros de Junio). Entre ambas festividades, las Cruces de Mayo, los Patios, las Romerías de Linares y Santo Domingo, la Cabalgata Anunciadora del mes de mayo (Batalla de flores), Concurso de Rejas y Balcones, Caracolada, etc.…

Un mes en el que a tanta fiesta se suma el maravilloso clima que tenemos en esta ciudad estos meses.

Tiempo para disfrutar. Disfrutar de la calle, de la música, de los amigos, de los olores, de la noche. En definitiva, de la vida.

Para mí, Mayo siempre ha sido un mes especial. Es el arranque del buen tiempo, cuando apetece salir a la calle y pasear. ¿Hay algo mejor que pasear y perderte por las calles de esta ciudad, en un mes como este en el que el olor de las flores te va embriagando a cada paso?

Yo sólo tengo buenos recuerdos de este mes. Recuerdo de pequeño cuando con mis padres iba de cruces o permanecía en la Caseta de Feria que montaba mi peña. Luego cuando eran las primeras salidas con mis amigos. Incluso tengo buenos recuerdos cuando trabajaba en la Feria, montando la caseta y trabajando tras la barra. Al cabo de los años dejamos de trabajarla y pasamos a disfrutarla plenamente. Cuando he echado una mano a amigos en otra caseta. Cuando la he disfrutado con mi novia, con mi mujer, con mis niñas.

Todo ello suma una cantidad ingente de recuerdos positivos que hace que me encante este mes, que me encante la feria. Hay quien me dice que no le gusta, que se aburre, que hace calor, que hay mucho polvo, mucha gente… Yo le invito a intentar vivirla como lo hago yo. Saliendo a divertirse, a pasarlo bien, a quedar con amigos. A vivir.


Estos recuerdos son los que luego quedan, lo que hay que guardar en la memoria. A saber que cuando vengan mal dadas, nos acordemos de cuando vinieron buenas.

domingo, 17 de mayo de 2015

Efímera

Así es la vida.

Este fin de semana nos ha enseñado de nuevo eso.

Juan, un ejemplo de compañerismo, bondad y humildad nos ha dejado. Un pueblo entero volcado en su despedida nos da una idea del recuerdo que su paso ha dejado en todos.

Esto me reafirma en la idea de que no podemos desaprovechar los días que tenemos, los que nos quedan.
Vivir día a día. Disfrutar de las pequeñas cosas, de los amigos, de la familia, de la vida.

No dejar pasar oportunidad de descubrir paso a paso lo que nos vamos encontrando. Disfrutar de los pequeños detalles, porque estos siempre son importantes.

Hoy sabemos que tenemos que mirar al cielo porque hay una nueva estrella que nos guiara en nuestro caminar.

Que alguien no acaba de dejarnos nunca si permanece en nuestro recuerdo.

Siempre estarás en el nuestro. DEP

sábado, 9 de mayo de 2015

Cada mañana

Cada mañana, al despertar me surge siempre una duda. Que hago hoy, ¿soñarte u olvidarte?

Lo más cómodo siempre es olvidarte, así uno, puede dirigir toda su atención en el día que le queda por delante. A veces, aunque sea difícil, es lo mejor. No puedes estar siempre soñando con algo que no va a pasar y que no debe pasar.

Soñarte todo el día hace que me aleje de todo lo que tengo alrededor. Y hay tantas cosas maravillosas a cada paso, a cada visión, a cada parada.

Si me paro a soñarte, corro el riesgo de no descubrir algo nuevo. No podemos estar enclavados en el pasado. Lo pasado, pasó. Y si en ese momento no supimos estar a la altura, peor para todos.

Los trenes pasan, y en vez de lamentarnos por el que hemos perdido, tenemos que estar preparados y dispuestos para el próximo que ha de llegar.

Siempre hay un descubrimiento nuevo, algunos maravillosos, inesperados, insospechados. 

Hay que enamorarse a cada paso. Enamorarse de unos ojos, de una mirada, de una sonrisa, de una frase, de una poesía, de una canción, de un estado de ánimo, de una conversación,...

En ese estado uno es cuando disfruta la vida. Y lo que es mejor, disfruta el momento, el día a día. 

Recordar una cosa. Día pasado, día perdido. Ese, no se recupera.

jueves, 7 de mayo de 2015

Allá en el 2011

Esto lo escribí en 2011. Algunas cosas han cambiado desde entonces.

Un día te levantas y piensas que se te ha pasado media vida.
Domingo por la mañana y estás sentado en el sofá, viendo algo sin interés en la televisión y dando de desayunar a tus niñas. Atrás quedaron los días en los que quedabas para jugar al baloncesto con los amigos o te dabas una vuelta por el barrio.
Adiós al grupo de amigos, a las salidas de fin de semana, a las noches de cine de estreno. Todo cambia. No has llegado a los cuarenta y piensas todo lo que te has dejado sin vivir y todo lo que te queda sin hacer.

Creo que me llegó la crisis de los 40 algunos años antes de cumplirlos. De eso ya han pasado 4 años y aunque sigo pensando que me queda mucho por hacer, me he propuesto hacerlas.
Ya planté un árbol hace muchos años, tuve 2 niñas y me quedaba escribir un libro. Estoy en ello. No se cuando lo terminaré ni lo que saldrá de él, pero me he decidido a hacerlo.
Lo demás que quede, poco a poco.

Comienzo

Hace años comencé un blog aprovechando la convalecencia de mi accidente.
Poco después lo dejé.
Hoy me he decidido a retomarlo.
Comenzamos