viernes, 18 de septiembre de 2015

LA INDIVIDUALIDAD FRENTE AL CONJUNTO

Hay un proverbio chino que dice: Si caminas solo iras más rápido, si caminas acompañado llegarás más lejos. Me gustan este tipo de proverbios orientales. Dicen, de manera resumida y concreta lo que realmente pensamos de muchos aspectos de la vida.

La soledad bien entendida y elegida es buena, todos deberíamos manejarla en muchos momentos. Cuando uno se queda sólo consigo mismo no tiene a quién engañar, no tiene que poner ninguna pose, no tiene que ser otra persona, la que los demás quieran que seas. Uno se queda con sus pensamientos, puede poner en orden sus ideas, sus proyectos, sus miedos…

Para los que escriben, componen, pintan, inventan, crean… la soledad es necesaria, imprescindible.

La soledad es buena y necesaria cuando uno es quién la busca. La peor soledad es verse rodeado de gente y sentirse solo. Esa sí que es crítica.

Para lo demás, siempre, siempre, es mejor ir acompañado. No vinimos a este mundo para no tener relaciones con los que nos rodean. Necesitamos a la familia, amigos, pareja, necesitamos interactuar con el medio y con las personas de nuestro alrededor. Juntos llegamos más lejos. En la vida, en nuestro esfuerzo, en nuestro caminar.

Hay muchos vídeos en la red donde una orquesta comienza una pieza con un solo músico interpretándola acabando toda la orquesta tocando. Desde un débil instrumento hasta el apoteósico final de la orquesta. De la individualidad al conjunto.

Siempre hemos oído aquello de: entre todos podemos lograrlo.


No sé si mis inicios deportivos en el baloncesto, fueron los que me enseñaron el trabajar en equipo, en el que la individualidad se pone al servicio del conjunto. En el que, si tienes un apoyo, llegarás más lejos. Será por lo que me gusta caminar juntos, aunque no pienso delimitar mis momentos de soledad.


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