Pasó.
Terminó. Un año más acaba mayo y con él terminará la Feria, última de las fiestas que se van sucediendo a lo largo de
mes.
Una
vez escuché y me gusta repetirlo, sobre todo a los de fuera, que Córdoba es la única
ciudad del mundo en el que el mes de Mayo dura 40 días.
Desde
que comienza la Cata del Vino a últimos
de abril hasta que acaba la Feria a últimos
de Mayo (algunos años llega a los primeros de Junio). Entre ambas festividades,
las Cruces de Mayo, los Patios, las Romerías de Linares y Santo Domingo, la Cabalgata Anunciadora del mes de mayo (Batalla de flores), Concurso de Rejas y Balcones, Caracolada, etc.…
Un
mes en el que a tanta fiesta se suma el maravilloso clima que tenemos en esta
ciudad estos meses.
Tiempo
para disfrutar. Disfrutar de la calle, de la música, de los amigos, de los
olores, de la noche. En definitiva, de la vida.
Para
mí, Mayo siempre ha sido un mes especial. Es el arranque del buen tiempo,
cuando apetece salir a la calle y pasear. ¿Hay algo mejor que pasear y perderte
por las calles de esta ciudad, en un mes como este en el que el olor de las
flores te va embriagando a cada paso?
Yo
sólo tengo buenos recuerdos de este mes. Recuerdo de pequeño cuando con mis
padres iba de cruces o permanecía en la Caseta de Feria que montaba mi peña.
Luego cuando eran las primeras salidas con mis amigos. Incluso tengo buenos
recuerdos cuando trabajaba en la Feria, montando la caseta y trabajando tras la
barra. Al cabo de los años dejamos de trabajarla y pasamos a disfrutarla
plenamente. Cuando he echado una mano a amigos en otra caseta. Cuando la he
disfrutado con mi novia, con mi mujer, con mis niñas.
Todo
ello suma una cantidad ingente de recuerdos positivos que hace que me encante
este mes, que me encante la feria. Hay quien me dice que no le gusta, que se
aburre, que hace calor, que hay mucho polvo, mucha gente… Yo le invito a
intentar vivirla como lo hago yo. Saliendo a divertirse, a pasarlo bien, a
quedar con amigos. A vivir.
Estos
recuerdos son los que luego quedan, lo que hay que guardar en la memoria. A
saber que cuando vengan mal dadas, nos acordemos de cuando vinieron buenas.